Se dice que contiene la imagen de Jesucristo, pero, ¿es la Sábana Santa un engaño?
En octubre de 1988, miembros de los medios internacionales se reunieron con expectación en el Museo Británico en Londres para escuchar el veredicto de la ciencia en cuanto a la autenticidad de una de las más famosas reliquias del cristianismo: el Sudario de Turín. Dicho que es la Sábana Santa de Jesucristo, el Sudario contiene la inconfundible imagen de un hombre con heridas consistentes a las heridas de la crucifixión que soportó Jesús contadas en la Biblia.
Sin embargo, el veredicto de la prueba de carbono 14 (C-14) pone la fecha de la Sábana Santa entre 1260 y 1390 CE.1 Esta fecha, más de 1,200 años después de la muerte de Cristo, fue ampliamente divulgada como definitiva. Ahora la creencia prevaleciente en los medios seculares y la academia es que el Sudario es un engaño.
Pero, ¿lo es realmente? Y, de ser así, ¿cómo afectaría esto a la evidencia retratada en las escrituras de que efectivamente Jesús resucitó de entre los muertos?
El Sudario y la Resurrección
Sin duda, el cristianismo se ubica o cae sobre la verdad de la resurrección. Los riesgos son tan altos como eran hace dos milenios, cuando el apóstol Pablo confesó a la iglesia en Corinto, “Y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados.”2
Pero pocos cristianos fundan su creencia en la resurrección basados en si el Sudario de Turín es auténtico o no. Más bien, la tumba vacía; el testimonio de testigos oculares de Cristo resucitado; la falta de explicaciones alternativas de los escépticos; y el cambió de vida radical de quienes hablaban, comían y vieron a Jesús ascender hacia las nubes, da a los creyentes suficiente esperanza para mañana y poder para hoy.3
Aún así, la cuestión de la autenticidad del Sudario es un tema que intriga a personas de todas las procedencias. Las explicaciones de la imagen increíblemente detallada de un hombre ensangrentado de seis pies de altura se agrupan en tres categorías.
Reliquia Medieval Ficticia
Una explicación es que la tela y la imagen son falsificaciones medievales—aunque falsificaciones muy bien hechas. Fortalecida por la prueba C-14 que data de 1988, prácticamente todos los escépticos de la resurrección y muchos cristianos evangélicos se inclinan en esta dirección.
Para ellos, la Sábana Santa es uno de los cientos de objetos venerados restantes del intercambio comercial una vez creciente en las reliquias del catolicismo medieval. La reforma Protestante se originó en parte debido a las supersticiones y a la descarada venta callejera de reliquias religiosas que decían eran partes del cuerpo de algunos Santos y pedazos de la “verdadera cruz.”4
Muchos cristianos modernos, tanto protestantes como católicos, consideran el Sudario de Turín sólo otra reliquia fraudulenta, especialmente desde que el análisis de carbono 14 demostró que se originó durante un período plagado de la veneración de reliquias.5
Genuina y Milagrosa
La explicación tradicional y opositora es que el Sudario es genuino, y que la imagen es una forma supernatural de ráfaga de luz que se produjo cuando Cristo fue resucitado de entre los muertos. Aquellos que sostienen esta opinión afirman que el milagro dejó evidencia en forma de radiación y que la exactitud de la datación por la prueba del carbono 14 fue comprometida por la contaminación de la tela.
Aquellos quienes promueven el punto de vista de que la Sábana Santa es auténtica y milagrosa creen que los falsificadores medievales no habrían tenido la capacidad de producir una pieza tan impresionante con una imagen de tipo fotográfica.6 Señalan la falta de tecnología medieval para apoyar su creencia de que esta no es una imagen artificial.
Genuina pero Natural
Una tercera explicación ha ganado algo de favor científico en los últimos años: El Sudario puede ser la verdadera mortaja de Cristo, pero la imagen tiene una explicación natural. Dos piezas recientes de trabajo científico apuntan hacia esta dirección.
En un artículo publicado en febrero de 2014, Alberto Carpinteri y su equipo de investigación desde el Laboratorio de Mecánica de la Fractura en Italia afirman que tanto la fecha de la prueba de carbono 14 y la imagen podrían haber sido el resultado de la radiación de neutrón en forma natural causados por un terremoto que se produjo en el momento de la resurrección según fuentes tanto bíblicas como no bíblicas.7 Este papel está siendo sometido a revisión por un grupo de “eruditos del Sudario,” según el sitio web oficial de la Asociación de Estudios e Investigación del Sudario de Turín (Shroud of Turin Education and Research Association, Inc.).8
En enero de 2014, asistí a la presentación de un profesor retirado del Centro de la Ciencia de la Salud de la Universidad de Texas (University of Texas Health Science Center), quien describió otra teoría sobre el origen de la imagen: acción microbiana. El Dr. Stephen J. Mattingly, un microbiólogo que ha llevado a cabo trabajos sobre el Sudario, cree que agentes bacterianos pueden explicar tanto la aparente edad joven determinada por las pruebas de carbono 14 como la presencia de la propia imagen.
Mattingly, explica que es probable que la tela sea un lienzo del siglo primero que contiene polen de la zona de Jerusalén. En una entrevista de 2011, Mattingly explicó cómo los microbios “se multiplicaron en las heridas de una persona que murió muy lentamente, y cuyo cadáver fue lavado y envuelto en una sábana de lino para su entierro. Al lavar el cuerpo las heridas se hicieron pegajosas, así que la tela se pegó rápido al cuerpo y se impregnó con bacterias. . . . Las bacterias murieron, mudando proteínas que se oxidaron, causando una mancha en la tela que se volvió oscura y amarilla.”9
Mattingly ha replicado su proceso teórico con lesiones intencionadas y sangrado de su propia mano. Las fotografías de las imágenes microbianas de su mano parecen sorprendentemente similares a las fotografías de la Sábana Santa. Además, el crecimiento bacteriano a través de los años también podría haber afectado la exactitud del proceso de las fechas, comenta.
Mattingly, como muchos otros críticos del muestreo de 1988, recomienda ejecutar otra prueba de datación por carbono 14 para abordar sus preocupaciones con respecto a la contaminación. Los críticos sostienen que por lo menos dos incendios y una considerable manipulación de la Sábana Santa, como al parecer fue trasladada alrededor de los siglos, contribuyeron a la contaminación.10
Si la teoría basada en la acción microbiana de Mattingly fuera correcta, una cosa sí asegura: las condiciones que crearon la imagen resultaron de alguien que estaba deshidratado y que había sido objeto de tortura dolorosa y muerte—que era “un desastre ensangrentado,” 11 en sus propias palabras. 12
Fe Razonable
La verdad es que ya sea que la determinación eventual científica de si el Sudario de Turín es la mortaja de Jesús o un ingenioso engaño medieval es una distracción innecesaria de lo que ya sabemos acerca de la resurrección y cómo debe afectar eso a nuestras vidas. ¿Acaso una cuarta pata en un taburete de tres patas hace que éste sea más útil? Para aquellos que quieren creer, hay un punto dulce entre la fe ciega y la certeza con respecto a la resurrección—una fe razonable.13