¿Quién es Jesús?

Jesús . . . el Mesías . . . el Cristo . . . el Hijo de Dios. Todos hemos escuchado de Él, ¿pero exactamente quién es este hombre? ¿Qué le hace tan importante? Desde la aniquilación de las barreras culturales y la aceptación de los marginados a el mensaje de amor y restauración por los quebrantados, Jesús, el amigo de los pecadores, definitivamente fue un revolucionario social radical. ¿Pero qué más? ¿Hay más? ¿Quién es Jesús? Explora más aquí.

Preguntas para Discusión y Reflexión Personal

  1. ¿Qué quiere decir para ti que Jesús quería estar en medio de los marginados sociales?
  2. ¿Crees que Jesús te aceptaría tal como eres?

Cuando vemos la vida de Jesús y vemos lo que su vida, lo que sus enseñanzas decían, acerca de cómo tratar a los demás, de cómo se siente acerca del mundo que le rodea, inicialmente es difícil entenderlo porque no siempre identificamos el contexto en el que se encuentra. No nos identificamos con lo restrictivo que era. El cómo la cultura de esa época trataba a las diferentes personas. Por lo tanto, el hecho de que se acercara a un leproso, que era considerado impuro; cuando los leprosos eran asignados a colonias por así decirlo, porque la creencia de la cultura de aquel tiempo era que si tenías esa clase de enfermedad era porque habías hecho algo. Había una razón, y eso se reflejaba en ti. Entonces, el que él tocara a alguien, que sanara a alguien era derribar muchas barreras dentro de la sociedad.

Los excluidos, los marginados, las prostitutas, los recaudadores de impuestos, que fueron los ladrones y fiesteros inmorales de su época, acudían a él en manadas. Era tanto así que entre la multitud de religiosos, Jesús tenía una mala reputación. Ellos le llamaron borracho y glotón y amigo de los pecadores. Así es como llamaban a Jesús. Ahora, él no era un glotón y no era un borracho, pero se juntaba con ellos y ellos lo amaban.

¿Te das cuenta que no hay una respuesta general de Jesús para la gente? Él no trataría a esta mujer como lo haría con este hombre, o a esta persona religiosa como a esta otra no religiosa. Él conoce a la gente y se dirige a ellos y aborda las cuestiones de su corazón individualmente. Se sienta en un pozo con una mujer que ha estado casada cinco veces, que vive con un tipo, y él le ofrece su perdón y agua viva. Él la acepta y habla con ella cuando ella es una excluida. Él es el hombre que todos aspiramos a ser. Yo quisiera ser así de bueno. Me gustaría ser así de solidario. Me gustaría ser así de considerado.

Cuando leemos en los evangelios acerca de una mujer sorprendida en adulterio y conocemos el sistema de la época, las leyes de la época, dicen que ella debía ser lapidada hasta morir — yo me pregunto por qué no decía que el chico también, pero eso es otra historia. Pero él dice eso y vemos la historia y la intensidad de la historia que ellos dicen, "Bien, Jesús, ¿qué hacemos? Ya la hemos capturado. Tú sabes lo que debe suceder." Y que Jesús se tome el tiempo y diga: Si alguno de ustedes nunca ha cometido un error, nunca se ha equivocado, nunca ha fallado, [entonces] lanza la primera piedra. No sólo dice algo sobre el valor de esa mujer, pero desafía cómo la gente percibe a la gente y lo fácil que es juzgar, lo fácil que es querer quedar bien bajo la luz de otros.

Si sólo lees las historias de Jesús, los testigos Mateo, Marcos, Lucas y Juan que escribieron sobre él, y sólo te preguntas, ¿Y si Dios realmente es así? Dirás: Eso es lo que siempre he esperado. Que Dios nos ame de esa manera, y que incluso en nuestro quebrantamiento y nuestro dolor, él viene y nos restaurara. Él no viene a condenarnos de hecho viene a liberarnos del miedo a la condena. Jesús afirma que él eliminará todas las barreras entre la humanidad y Dios, excepto uno: Él no nos quitará nuestro libre albedrío. No tenemos que pasar obstáculos religiosos, no tenemos que probar que podemos guardar los Diez Mandamientos, el noble sendero de las ocho facetas, los cinco pilares, o la ley moral a la perfección porque no podemos. Así que Jesús vino a restaurar cada ser humano dispuesto y hacerlo de tal manera que todo lo que tenemos que hacer es volver nuestros corazones a Dios.