Día 37: Peligro: ¡Veneno!
Idea Central: “Aferrarse a la ira es como tomar veneno y esperar que la otra persona muera.” —Buda
Versículo: “‘Si se enojan, no pequen.’ No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.” —Efesios 4:26–27
Mensaje para hoy:
¿Has estado enojado con alguien que ni siquiera sabía que estabas enojado? ¿Cómo te sentiste? El enojo realmente nunca se siente bien. Que es por lo que la gente actúa por impulso para liberar o ventilar y soltar el enojo. La ira pone al cuerpo en una fuerte tensión física. Provoca comportamientos impulsivos, dando una falsa sensación de poder y seguridad en sí mismo. Actuando mal por la rabia es signo de debilidad y no de fuerza. Imagina, si en tu ira te expones a todo esto y la persona con quien estás enojado ni siquiera lo sabe. La ira es un veneno — ¡y eres tú quien lo está ingiriendo!
La ira es uno de los siete pecados capitales. Pero es una emoción humana y Dios te ha dado cada una de las emociones. Incluso la Biblia reconoce que tú vas a estar enojado. Pero también nos instruye a no pecar en nuestro enojo. La ira destruye la integridad y la estabilidad de una comunidad y devasta las relaciones.
Dios también te ha dado otras emociones y habilidades que se pueden superar el veneno de la ira. El arsenal completo de la naturaleza de Dios puede ser tuyo para que no sucumbas al comportamiento iracundo. ¿Las armas más poderosas contra la ira? La oración y el perdón.
Considera esto:
- ¿Acaso Dios se enoja? ¿Por qué sí o por qué no?
- ¿Por qué cosas pequeñas y mezquinas nos hacen sentir enojo?
Toma acción: ¿Cuál es el tiempo más largo que has pasado enojado con alguien? Ora por la fuerza de Dios para superar tu enojo y decirle a la persona hoy que deseas dejar atrás el problema.