Nuestra Identidad en Cristo

¿Vives con el temor de ser juzgado por otros? Brandon Hatmaker habla sobre la búsqueda de su identidad en Cristo y aprende más sobre el amor incondicional mediante la paternidad.

Preguntas para Discusión y Reflexión Personal

  1. ¿Cómo te ha retendio en la vida tu miedo a ser juzgado por otros?
  2. ¿Cómo podría tener sentido el que uno podría aprender más acerca de Dios a través de la lente de la paternidad?

No me hice mi primer tatuaje sino hasta que cumplí mis treinta años. Y gran parte de mi vida, incluso como pastor viví... con miedo a los demás y a no ser aceptado o como un marginado o... Honestamente he vivido con el temor de ser juzgado por otras personas, especialmente dentro de la iglesia. Pero pasé por esta temporada en mi vida en la cual — creo que talvez por primera vez — empecé a entender lo que significaba encontrar tu identidad en Cristo. Y entre más presionaba en eso, más permiso ganaba para ser yo mismo. Y nunca he sido más yo de lo que soy hoy en día. Nunca he sido más yo de lo que soy en Cristo, y siento que me da que el permiso para ser una expresión de mi camino, de mis historias. Uno de mis tatuajes en este brazo—tengo 3 rosas que representan la inocencia juvenil en el mundo del tatuaje. De los cuales, tengo tres hijos biológicos, y mientras esperaba ese período en el que sabíamos que íbamos a adoptar en Etiopía, estábamos esperando traerlos a casa, me hice los dos capullos mientras pensaba en ellos y quiénes eran ellos para mí, en mi vida. Tengo "Amado" en este lado con los nombres de mis hijos, sólo para recordarme sobre la familia, el amor, la misericordia, la gracia. Nunca aprendí más de Dios y su amor por mí de lo que he aprendido por ser padre y ver a mis propios hijos. Pero es curioso que he aprendido más de mí mismo al ver a mis hijos adoptados. Cuando veo su miedo irracional y desconfianza hacia mí preguntándose, ¿Realmente me ama? ¿Realmente le importa si hago esto? ¿Me seguirá amando? ¿Seguirá haciéndome parte de mi familia? ¿Qué tengo que hacer? Y me he dado cuenta de que no importa cuán seguro diga Dios que estoy con él, en mi naturaleza sigo queriendo cuestionar, preguntar, y luchar con eso por lo que es un recordatorio para mí que al igual que no importa lo que mis hijos puedan hacer, ellos no hicieron nada para ganar mi amor; no podrían hacer nada para perderlo. Ese tipo de recordatorios ahora los tengo para siempre.