¿Tiene la vida un propósito?
Para que nuestras vidas tengan un verdadero propósito, debemos mirar a una fuente que sea personal y a la vez trascendente.
Para que nuestras vidas tengan un verdadero propósito, debemos mirar a una fuente que sea personal y a la vez trascendente.
Igual que un padre, Dios muestra su cuidado por nosotros a través de la provisión, la formación y la disciplina.
El mal es el resultado de la voluntad humana, de un corazón tan ensimismado que no permitirá que nada ni nadie se anteponga en su camino.
Entre más llegamos a conocer de Dios, a través de su mundo como de sus palabras, más podamos verlo y disfrutar de él todos los días.
Nuestros orígenes se reducen a dos opciones: o somos el resultado de un proceso aleatorio impersonal o somos el trabajo intencional de una fuerza personal.
A medida que aprendemos más sobre las complejidades del mundo, encontramos más evidencia de un creador que aún mantiene y sustenta su creación.
Si tratamos a la Biblia como un todo, todos los detalles relatados en ella se respaldan conjuntamente.
Cuando damos la espalda a una relación, corremos el riesgo de perderla completamente.
La Biblia instruye a los cristianos a vivir en el mundo sin juzgar a sus prójimos, pero sin permitir que el amor por el mundo los defina.
Confía en la obra terminada de un sustituto perfecto en lugar de la obra defectuosa de tus propias manos.
Como tres entidades diferentes con una misma esencia, la Trinidad muestra la naturaleza relacional del Dios de la Biblia.
La ciencia ofrece muchas respuestas. Pero, debido a que está atada al mundo material, no puede satisfacer todas nuestras preguntas.