Mentores Espirituales

Mentores Espirituales

¿Realmente la tutoría te ayuda a crecer espiritualmente?

Así sea Jackie Chan modelando su carrera después de Bruce Lee o Luke Skywalker aprendiendo la fuerza de Yoda, vemos maestros y aprendices en todo el mundo—en la vida real y en la ficción. Un tipo de relación similar existía en días de Jesús entre un rabino y sus discípulos.

Jesús fue llamado rabino—maestro. Sus aprendices eran discípulos—estudiantes. Un discípulo tenía que seguir a su rabino hasta absorber todo lo que tenía que enseñarles.

Los seguidores de Cristo creen que Jesús es Dios, quien vino a la tierra y vivió una vida humana perfecta—lo cual lo hace el mejor mentor. Según la Biblia, Jesús invitó a doce hombres ordinarios y trabajadores, a seguirlo. Aprendieron de sus enseñanzas, sus interacciones con otros y conversaciones con él. Después de tres años de aprendizaje, se habían transformado de obreros comerciantes a líderes que cambian el mundo.

Jesús vino a la tierra para que sus seguidores "tengan vida, y la tengan en abundancia."Sus instrucciones finales para sus seguidores era difundir esa alegre noticia: "vayan y hagan discípulos de todas las naciones...enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes."2 Se dispersaron por todo el mundo, y por veinte siglos, los seguidores de Jesús han compartido la noticia de la vida en abundancia.

Cómo Funciona la Tutoría

El experto en Recuperación, Edward Sellner señala que la única diferencia entre mentores espirituales y otros tipos de aprendizaje es su "gran profundidad e. . . interés con nuestra vocación y relación con Dios."3 El proceso de asesoramiento puede ser dividido en cuatro pasos principales. Un paralelo común es el proceso de aprender a tocar un instrumento musical.

Observar 

Un estudiante de música comienza observando cómo se toca un instrumento. Se dan cuenta cómo suena y cómo se toca música en él.

En la tutoría espiritual, el aprendiz primero observa las actitudes y comportamientos de una persona que es espiritualmente madura. El mentor puede mostrar rasgos como perseverancia o una actitud sin prejuicios. Mediante la observación, el aprendiz se da cuenta de las características que quieren desarrollar en sí mismos.

Entrenamiento

Un estudiante entonces aprende cómo interactuar con el instrumento. Esto podría incluir aprender sus diferentes partes o cómo tocar escalas. Todavía no han comenzado a hacer música exactamente, pero están aprendiendo cómo se hace música.

A lo largo del entrenamiento, un mentor espiritual proporciona asignaciones claras y dirección. Esto podría incluir estudiar las Escrituras o completar trabajos prácticos, como reconciliar una relación rota, dar a los pobres o practicar la disciplina de la oración. El entrenamiento ayuda al aprendiz a familiarizarse con los cimientos de una vida en abundancia.

Práctica

Un estudiante competente eventualmente se desplaza del aprender los componentes de un instrumento al hecho de tocar música. Al principio las canciones pueden ser cortas y sencillas. Pero con el tiempo y la práctica, ellos aprenderán a leer música por su propia cuenta y por lo tanto, serán capaces de reproducir una amplia selección de piezas.

El aprendiz eventualmente se hará cargo de su propio estudio. Tal vez podría investigar escrituras específicas que encuentre interesantes o se haga cargo de experiencias de aprendizaje por sí mismo. El mentor cambia de dar instrucciones detalladas a proporcionar retroalimentación y asesoría.

Enseñar

Una de las mejores maneras de aprender es enseñar. Algún día este músico en ciernes podría tener la oportunidad de enseñar a sus propios estudiantes. A medida que repasan las lecciones para aprender a tocar música, ellos obtendrán una nueva comprensión y apreciación de cómo funciona.

Para experimentar la vida en abundancia, un aprendiz espiritual eventualmente tendrá que asumir la responsabilidad de enseñar a otros. Ayudar a otros a aprender cómo orar recuerda al maestro su propia necesidad para estar en comunión con Dios. Ayudar a un estudiante a aprender a perdonar hace al maestro más consciente de sus propias relaciones. El nuevo maestro redescubrirá su apreciación y respeto para con su mentor y su propio aprendizaje. Con el tiempo, el aprendiz se convierte en maestro y mentor.

Tipos de Mentores

El profesor Robert Clinton señala seis tipos de mentores espirituales—el “Discipulador”, el Guía Espiritual, el Entrenador, el Consejero, el Maestro y el Patrocinador:

  1. El “Discipulador” ayuda a un aprendiz a desarrollar hábitos específicos basados en la vida y enseñanzas de Jesús. Pueden contestar las preguntas "¿Qué hago?" "¿Cómo lo hago?" y "¿Por qué debería hacerlo?"4
  2. El Guía Espiritual es un "especialista en la evaluación de la espiritualidad". Una vez que diagnostica la necesidad de un aprendiz, pueden proporcionar las asignaciones específicas y responsabilidades en desarrollo.5
  3. El entrenador proporciona al aprendiz con la “motivación, perspectiva y habilidades para permitirles [lograr] un desempeño y efectividad excelentes.” Tienden a centrarse en el desarrollo de arenas específicas, tales como disciplinas espirituales o relaciones.
  4. El consejero proporciona asesoramiento específico en los momentos oportunos.6 Son observadores imparciales que proporcionan una valiosa perspectiva exterior.
  5. El maestro es un experto de la materia.7 El maestro proporciona conocimientos, recursos y motivación para el crecimiento en áreas específicas como la crianza de los hijos, la carrera o adicciones.
  6. El patrocinador proporciona "orientación y protección" para el aprendiz.8 Usan sus propias conexiones relacionales para ayudar a su aprendiz a ganar oportunidades y experiencia.

Un aprendiz, necesitará un tipo de mentor diferente dependiendo el lugar dónde se encuentre en su propio crecimiento espiritual. El mentor más adecuado y útil depende de las necesidades de los aprendices, la personalidad y el estilo de enseñanza.

Cómo Encontrar un Mentor

Pero, ¿dónde puede encontrar uno a esa persona? Utiliza estos cinco pasos para ayudarte a encontrar al mentor que necesitas.

Pregúntale a Dios

Empieza por pedirle a Dios que te proporcione a la persona adecuada. Los seguidores de Jesús creen que Dios ama a la gente que él creó y quiere darles cosas buenas—especialmente a aquellos que se lo piden. Este es exactamente el tipo de petición que Dios ama cumplir.

Busca a través de Comunidades de la Iglesia

Busca una comunidad de la iglesia y observa a los miembros más experimentados. Tú debes ser capaz de encontrar unos pocos que estén más avanzados en su viaje y que conozcan el ofrecimiento de la vida abundante de Jesús y lo que significa tener una relación con él.

Pide Ayuda

Pregunta a tus amigos y familiares a quién podrían sugerirte como mentor espiritual. Haz una búsqueda en la Internet de las organizaciones que se especializan en discipulado o motivación de vida. Cuando encuentres un candidato, pregúntale que significa para él la vida abundante de Jesús.

Lee

Tú puedes ser guiado incluso por aquellos que no viven cerca de ti o que ya han fallecido. Lee todo lo que puedas acerca de ellos y escrito por ellos. Ten en cuenta sus experiencias y enseñanzas. Imagina qué dirección y consejo te daría esa persona si te conociera personalmente.

El Resultado de una Tutoría

Pablo, uno de los escritores de la Biblia, fue muy consciente de sus propias deficiencias. Describió su lucha de este modo: "No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco."9 Creo que todos podemos relacionar con este sentimiento. Pablo está describiendo una identidad hecha añicos. Sus valores difieren de sus acciones; su vida es realmente des-integrada.

Reflexionando en sus experiencias sobre haber sido capacitada, la psicóloga Barbara Eurich-Rascoe señala cómo "integró diversos elementos profesionales, sociales, personales, sexuales e ideológicos" de su vida en "una identidad coherente y cohesiva.”10

¿Por qué los seguidores de Jesús buscan mentores espirituales? Porque la tutoría les ayuda a integrar sus identidades destrozadas en la vida abundante que Jesús enseña. Se vuelven versiones más maduras de sí mismos y crecen cada vez más como Jesús. Por lo tanto, son capaces de hacer del mundo a su alrededor un mejor lugar.

  1. La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional (NVI) © 1999, Juan 10:10.
  2. Ibid, Mateo 28:19–20.
  3. Edward Sellner, Mentoring: The Ministry of Spiritual Kinship (Notre Dame, IN: Ave Maria Press, 1990), 9.
  4. Robert Clinton y Paul Stanley, Connecting: The Mentoring Relationships You Need to Succeed in Life (Colorado Springs, CO: NavPress, 1992), 52.
  5. Ibid, 65.
  6. Ibid, 87.
  7. Ibid, 101.
  8. Ibid, 117.
  9. La Santa Biblia, Romanos 7:15
  10. Barbara Eurich-Rascoe, “Hendrika Vande Kemp as Mentor: Using, Finding and Giving a Voice,” Journal of Psychology and Christianity, 19, no. 4 (2000): 348.
  11. Crédito de Foto: Kevin Russ / Stocksy.com.