Quietud Poderosa

un hombre viendo hacia el cielo

Quietud Poderosa

Idea Central: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!.” —Salmos 46:10

Mensaje para hoy:

A veces me encuentro a mí mismo diciendo: "Aquí está todo demasiado tranquilo", al mismo tiempo que enciendo la TV sólo para llenar el silencio. En nuestro mundo, hay tanto ruido rodeandonos que en esos raros momentos de tranquilidad, el silencio se vuelve ensordecedor. No sabemos cómo manejarlo.
Nuestra sociedad valora las ocupaciones y equipara la actividad con un cierto nivel de importancia. Cuanto más ocupados estamos haciendo esto o yendo allá, más importantes debemos ser. Pero todo el ruido y las distracciones que nos mantienen ocupados a menudo nos hacen perdernos de lo que es realmente importante, esos momentos clave—momentos en los que Dios está tratando de decirnos algo o cuando podríamos estar conectándonos a él a través de la oración y la meditación. 
El versículo de hoy nos dice que debemos utilizar ese tiempo para sentarnos tranquilamente en nuestro entendimiento de que Dios es quien dice ser—creador del universo, omnisciente, omnipotente y omnipresente. Dios sólo quiere que estemos tranquilos y que tengamos la certeza de que está con nosotros, para centrarnos en su presencia. La paz y la fuerza que se puede encontrar ahí es muy poderosa.

Considera esto:
¿Qué haces en tus momentos de tranquilidad?
¿Cómo puedes originar más tiempo de tranquilidad para ti?

Toma acción:
Esta semana, durante tu tiempo a solas—y siempre que te sea posible—apaga todo; la computadora, la TV, la radio, el teléfono, cualquier cosa que te haga ruido. Siéntate y respira. Reconoce que Dios es quien es y que él está en control. Escribe en un diario unas cuantas frases sobre cómo te sentiste durante y después de tu tiempo de silencio.

¿QUIERES CONOCER A DIOS PERSONALMENTE?

Dios nos ama y tiene planes increíbles para nuestras vidas, pero ¿cómo llegamos allí?
Los siguientes pasos trazan un camino claro que Dios preparó para que encontremos una relación con Él.